Lesiones y Heridas Traumáticas

Heridas traumáticas (in English traumatic injuries) se refiere al daño corporal inesperado que requiere un tratamiento médico inmediato, en general de vida o muerte.  El Instituto Nacional de Salud estipula que “los avances médicos en el cuidado inicial de pacientes heridos ha ayudado a elevar la tasa de supervivencia, pero las complicaciones posteriores presentan todavía un grave problema en la salud publica”.  

El término heridas y/o lesiones traumáticas abarca una diversidad de condiciones médicas repentinas graves -quemaduras, concusiones craneales, lesiones de columna- que generalmente afectan la expectativa de vida y la calidad de vida de la víctima.

Fracturas de Cráneo

El Daño Cerebral Traumático (TBI, por sus siglas en inglés) resulta del impacto entre la cabeza de la víctima y una superficie dura.  Es una lesión compleja que puede alterar la vida funcional de la víctima.  Ya que el cerebro controla al cuerpo humano, una golpe al cerebro en general produce cambios en el desempeño colectivo del cuerpo.  El daño por un TBI es de amplio espectro, incluyendo pérdida de memoria, pérdida temporal de conciencia, y/o un estado de coma por el resto de la vida de la víctima.

Cuando el golpe a la cabeza no es crítico, la lesión puede ser leve en un principio y los efectos estar limitados a sensibilidad a la luz o cambios de personalidad.  Si bien esto no impediría la capacidad de la víctima de mantener una vida con independencia, sí puede causar un efecto personal significativo.

Cuando la concusión craneal es crítica, los resultados son a menudo permanentes ya que hasta el momento la ciencia no ha logrado revertir el daño cerebral.  Es necesario procurar tratamiento médico sin importar cuán significativa se ve la herida, porque siempre existe la posibilidad de lesiones no expuestas, como una aneurisma.

Quemaduras

La quemaduras son una de las heridas más difíciles para la recuperación por el extenso cuidado médico necesitado y el tiempo prolongado de convalecencia.  Una quemadura a menudo deja cicatrices permanentes, que, junto con el dolor, afectan en gran medida la calidad de vida del paciente.

Las quemaduras traumáticas se clasifican como quemaduras de tercer y cuarto grado.  Una quemadura de tercer grado daña todas las capas de la piel y el tejido debajo de la piel.  Ya que las quemaduras de tercer grado dañan los centros nerviosos que se encuentran debajo de la piel, el cuerpo puede entrar en estado de shock, limitando el dolor inicial.

A largo plazo, sin embargo, el dolor ocasionado por la cirugía y los injertos de piel necesarios en esta clase de herida, es muy intenso.

Las quemaduras de cuarto grado son las más serias.  El daño ocasionado por este tipo de quemadura abarca piel, tejido, hueso, ligamentos, grasa y músculo.  El área lesionada, carbonizada y de color negro, en general debe ser amputada.  Una quemadura de esta naturaleza es severa, y se podría decir que es la que más seriamente afecta la calidad de la vida futura de la persona.  

Lesiones de Médula Espinal

Las lesiones de médula espinal pueden ocurren cuando se fractura o disloca una vértebra de la columna.  A causa del daño en la médula espinal,  se interrumpe la comunicación entre el cerebro y el cuerpo, provocando la pérdida de las funciones corporales.  Las más serias de este tipo de lesiones se llaman lesiones de médula completas, y resultan en parálisis desde el cuello hacia abajo.

Cuando existe una lesión completa la víctima sufre una pérdida total de las funciones motoras en todas las extremidades.  Una persona con este tipo de lesión no puede vivir independientemente y corre un mayor riesgo de complicaciones médicas.  La repercusión a largo plazo en la vida de la víctima es considerable.